Una de las velas que acompañaban a San Telmo, se encendía y apagaba por momentos dejando una humeante estela con olor a cera, al tiempo en que a uno de los bajos sin motivo aparente se le cayó la partitura. Por un instante pensé que los espíritus estaban presentes, tal vez los guardianes de tanto y tanto arte estaban transmitiendo su presencia, dejándonos un mensaje, que bien podría ser” Aquí en este coro, a lo largo de los tiempos han cantado, frailes, curas, tal vez obispos, y muchos más. Ellos nunca han desentonado. No desentonéis vosotros”.
Y cantamos la misa, la vela no se apagó, la partitura permaneció inmóvil. Era un buen presagio. La misa finalizó y los concurrentes aplaudieron.
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